El (la) Novio (a) virtual del Dr. Viktor Frankenstein


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El (la) Novio (a) virtual del Dr. Viktor Frankenstein

– novio virtual viktor frankenstein –

©Victor M. Sant’Anna 2002
Traducido al español por Mariana Caldas de Souza – marianacaldassouza@hotmail.com

Revisado por Vanina Schembari (@gmail.com)

Hace unos doce o trece años prometí una comedia, pero estaba difícil: hace falta mucha desgracia para que tenga ganas de escribir algo gracioso. Partes de este texto fueron escritas inicialmente el 21 de enero de 1993.

Los personajes de Mary Shelley, que he conocido por las diversas versiones cinematográficas de su obra, han sido siempre mis favoritos durante mi niñez y adolescencia. La primera vez que pensé en escribir una pieza no muy seria “Igor” y “Dr. Frank” surgieron de la memoria como mi opción favorita.

El título que imaginé durante este largo período fue algo como: “el médico, el monstruo, Igor y el Dr. Frankenstein”; pero cualquier título sirve asique lo dejé más parecido a lo que es ahora y pasó a ser “Igor y el monstruo del Dr. Frank”. Con los nombres transformados en Vigor y Franco, (tengo un amigo, ingeniero químico, cuyo apellido es Franco) “El Monstruo del Dr. Franco” fue uno de los últimos títulos que adopté.

No era nada definitivo, y de este modo perdió un poco de fuerza, por lo que volví a los nombres anteriores, intentando preservar alguna que otra cosa. Por lo menos es menos pretensioso que el de las hipótesis anteriores cuando llegué a pensar seriamente en: “Frankstein de Victor Sant’Anna”. Actualmente y aún temporario, creo que “La Novia Virtual del Dr. Viktor Frankenstein” es bastante mejor que “El Monstruo del Dr. Frank”.

Sobre las informaciones tan presentes en los diálogos, son apenas indicadores. Por la falta de contexto, ya que algunas situaciones cómicas no han surgido del texto, sino de huellas de experimentos en interpretación, me pareció prudente mantener la idea original en algunos momentos. Cabe resaltar que este texto es un mosaico, casi como el monstruo de la obra que inspiró esta comedia. Al menos tres personalidades distintas podrán ser identificadas en Igor, mi “alter ego”, de acuerdo con la época en que cada trecho fue escrito. Todos los personajes aquí son, de alguna manera, yo mismo.

                                                                                                             Victor, julio 2002

Los personajes
Igor es el tradicional ayudante de investigación de las películas de terror, una mezcla de lacayo y mayordomo, usa una túnica como la de los monjes, camina como un jorobado y arrastra una de las piernas de vez en cuando. A veces usa un bastón, una muleta y a veces puede utilizar incluso una silla de ruedas. Otras veces camina perfectamente, como si no hubiera ninguna anormalidad. Los mismos cambios suceden en la voz y en la actitud, a veces es más listo que el Dr. Frank y, en otras ocasiones se porta de manera estúpida.

            El Dr. Frank es el científico creador del monstruo. Tiene algunos rasgos de autosuficiencia exagerados; es impaciente con Igor, un poco esnob y suele actuar como si perteneciera a una clase social superior. Normalmente usará una bata blanca (un “guardapolvo”) o algo que evoque su actividad de científico.

El monstruo, el tercer personaje, fue creado para ser el personaje sorpresa. Entrará sólo en el final de la obra y permanecerá tapado por paños hasta que sea descubierto cerca del final. Podría ser alguien conocido por el público, un actor del reparto, o incluso un espectador elegido voluntariamente antes de la presentación. No tiene diálogos, aparece sólo al final de la presentación, así que es un papel para un invitado que no sea necesariamente un actor.

El escenario

Puede ser “desenfadado”, pero imaginé un laboratorio sofisticado, altamente equipado, imposible de existir dentro de una casa, como se espera de un laboratorio “alternativo”, teniendo en cuenta que los castillos son raros hoy en día. Sin embargo, todos los elementos – mesas de experiencia, sillas de ruedas, frascos y equipos electrónicos – podrían ser sustituidos o eliminados por completo; son apenas elementos para componer la atmósfera típica de las películas del género de la década del 30, con el agregado de algunas “modernidades” como el ordenador y el teléfono.

 

El (la) Novio (a) virtual del Dr. Viktor Frankenstein

  Parte I – Igor y el Dr. Frank

Igor está sentado delante del ordenador, escribiendo.

La puerta cruje y se abre rápidamente. Igor se da cuenta y se asusta.

Igor: (Sorprendido por el incidente, se levanta) ¿Es usted, maestro?

El Dr. Frank entra.

Dr. Frank: ¿Y quién más podría ser, Igor? Vamos, ¡aléjate del ordenador!

Igor: (Obedece, frunciendo el ceño, pero obediente) Sí, maestro.

Dr. Frank: Igor, ¿ves aquella piedra? (Señala una enorme piedra en la esquina del escenario)

Igor: ¡Sí, maestro!

Dr. Frank: ¡Ve hasta la piedra, Igor!

Igor: ¡Sí, maestro! (Igor camina encorvado, como si tuviera una desviación en la columna y arrastra una pierna al desplazarse)

Dr. Frank: Igor, ¡levanta esa piedra!

Igor: ¡Sí, maestro! (Levanta la piedra)

Dr. Frank: Igor, ¡baja la piedra!

Igor: ¡Sí, maestro! (Baja la piedra)

Dr. Frank: Igor, ¡levanta la piedra!

Igor: ¡Sí, maestro! (Levanta la piedra otra vez)

Dr. Frank: Igor, ¡trae esa piedra hasta aquí! ¡Tráela!

Igor: ¡Sí, maestro! (Trae la piedra)

Igor mantiene la piedra sobre la cabeza por un tiempo, esperando una orden.

Dr. Frank: Igor, ¡baja la piedra!

Igor: ¡Sí, maestro! (baja la piedra)

Dr. Frank: ¿Quién manda aquí, Igor?

Igor: ¡Usted, Doctor Frank!

Dr. Frank: Cuando diga que no toques el ordenador, ¡acuérdate de la piedra!

Igor: ¿Quiere que levante el ordenador, maestro?

Dr. Frank: No, Igor…no toques el ordenador, ¿entiendes?

Igor: Maestro…estoy confundido. ¡Igor no entiende!

Dr. Frank toma un paraguas y le pega a Igor algunas veces.

Dr. Frank: ¿Me entiendes ahora, criatura infeliz?

Igor: ¡Sí, maestro! ¡Sí, maestro!

Ambos dejan de hacer lo que están haciendo. Ruido de mosca volando. Igor sigue con los ojos el vuelo de la mosca.

Igor: ¡Maestro!

Dr. Frank: ¿Sí, Igor?

Igor: Maestro, ¿Igor puede atacar la mosca?

Dr. Frank: Hazlo, Igor.

Igor, que aún sigue la mosca con los ojos, empieza a saltar y a hacer gestos obscenos hacia la mosca. Dr. Frank tiene una mirada reprobadora.

Dr. Frank: (Habla mientras regula algunos aparatos y cambia de frascos sustancias químicas) Ante los ojos de esta criatura imbécil, el más grande experimento médico de todos los tiempos se llevará a cabo… ¡en breve! ¡Por fin el hombre podrá librarse para siempre de la sombra de la muerte!

Igor: (Deja de hacer lo que está haciendo) ¿Muerte?

Dr. Frank: ¡Finalmente a partir de tejidos muertos llegaremos a la vida!

Igor: (Pasa la mano en sus partes íntimas y asiente con la cabeza) Vida…

Dr. Frank: No habrá más muertes… ¡la muerte será apenas un recuerdo después de que yo lleve un cuerpo muerto a la vida!

Igor: (Repite otra vez el gesto obsceno) Vida…

Dr. Frank: Hoy daremos vida a los muertos.

Igor: (Repite nuevamente el gesto obsceno) ¡Vida!

Igor ve la mosca y nuevamente va tras ella. Ruido de mosca volando.

Igor: ¡Maestro!

Dr. Frank: ¿Sí, Igor?

Igor: ¡Maestro! ¿Puedo aplastar una mosca?

Dr. Frank: Sí, Igor (lo dice sin desconcentrarse del experimento que observa). Pero no me molestes que este experimento es importante.

Igor: ¡Gracias, maestro! (Se vuelve hacia el público y habla sobre el Dr. Frank) ¡Él es tan bueno conmigo!

Igor intenta alcanzar la mosca y no lo consigue, pero con un guantazo preciso la echa al suelo. Igor se acerca y se traga la mosca.

Ruido de mosca volando. Igor ve otra mosca y la sigue.

Igor: ¡Maestro!

Dr. Frank: ¿Qué pasa, desventurado? ¿No ves que estoy ocupado?

Igor: (Mira el Dr. Frank de forma rara y espera un rato antes de hablar) ¿Puedo aplastar a otra mosca?

Dr. Frank: ¡Puedes aplastar lo que quieras, pero no me molestes ahora!

Igor: (Igor se detiene unos segundos, desconcertado) ¿Igor puede aplastar cualquier cosa?

Dr. Frank: Aplasta lo que quieras, ¡pero, déjame en paz!

Igor: (Tiene un brillo malicioso en la mirada. Va hacia una jaula y toma un pequeño animal: un perro, gato, mono u otro cualquiera. Sale de puntillas) ¡Gracias, maestro!

Mientas Igor está fuera del escenario se escuchan ruidos de lucha, pero el Dr. Frank sigue con sus experimentos. A veces se detiene como si el ruido lo molestara. Igor vuelve arreglándose la ropa, que puede estar manchada de sangre, por ejemplo.

Dr. Frank: Igor, ¿dónde está el animal que estaba en la jaula?

Igor: ¿Qué animal, maestro?

Dr. Frank: Ah, olvídalo. ¿Está lista la cena?

Igor: (Tiene una mirada maliciosa y una sonrisa sarcástica) ¡La estoy preparando, maestro!

Dr. Frank: Voy a salir y vuelvo enseguida. ¡No toques nada mientras esté fuera!

Igor: ¡Sí, maestro!

Dr. Frank va hacia la puerta para salir.

Igor: ¡Maestro!

Dr. Frank: ¿Sí, Igor? ¿Qué quieres ahora?

Igor: ¿Sabe aquel armario, lleno de frascos, que tengo que limpiar con mucho cuidado?

Dr. Frank: ¿Sí?

Igor: Hoy por la mañana lo estaba limpiando con todo el cuidado como usted lo había ordenado…

Dr. Frank: (Preocupado) Sí… ¡sigue!

Igor: He tenido todo el cuidado de no acercarme a los frascos de experimentos, pues, sabía que cualquier descuido podría destruir años de trabajo.

Dr. Frank: Muy bien, Igor.

Dr. Frank intenta acercarse a la puerta para salir.

Igor: ¡He tenido mucho, mucho, mucho cuidado!

Dr. Frank: (Vuelve y agarra a Igor con violencia) ¿Ha pasado algo?

Igor: ¡No, maestro!

Dr. Frank: Está bien Igor, déjame ir.

El Dr. Frank se acerca otra vez a la puerta para salir.

Igor: ¿Se acuerda de aquél cubo delicadísimo de cristal en el que usted trabaja siempre?

Dr. Frank: (Vuelve y agarra a Igor por el cuello) ¡Dilo ya, anormal!

Igor: ¡No se ha roto, maestro!

Dr. Frank lo suelta y sale. En cuanto el doctor sale, la voz de Igor se vuelve más “normal”.

Igor: (Enderezando la espalda) ¡Lo que no hace uno por un trabajo! Tengo que soportar cada cosa…trabajo 24 horas al día y no me paga ni las horas extras… ¡a ver cuando se entere el sindicado de los jorobados!

El Dr. Frank vuelve.

Dr. Frank: He olvidado mi paraguas. Afuera está lloviendo.

Igor: En la página web del clima decían que habría tormentas por la noche, pero parece que siempre se equivocan, maestro.

Dr. Frank: (Toma el paraguas, empieza a marcharse y se detiene) ¿Qué le ha pasado a tu voz?

Igor: ¿Voz?

Dr. Frank: ¡Te veo más alto, Igor!

Igor: (Se pone a pensar en alguna excusa) ¡Es que he bebido esto! (Toma un frasco, lo bebe, poniéndose más encorvado y hablando más lentamente) ¡O esto! (Bebe el contenido del primer frasco y repite la escena) ¡Igor ha bebido! (Bebe de otro frasco) ¡O esto!

Dr. Frank: ¡Olvídalo!

Igor: Igor… ¡lo ha olvidado!

Dr. Frank va hacia la puerta por un momento y vuelve con pasos firmes.

Dr. Frank: Igor, ¿dónde está el material que había dejado sobre la mesa?

Igor: ¿Cuál mesa maestro?

Dr. Frank: Mi escritorio. Y no me llames maestro. Estamos en el siglo XXI.

Igor: ¿No hay maestros en el siglo XXI, maestro?

Dr. Frank: No me llames maestro, Igor.

Igor: Entonces no me llame Igor, maestro.

Dr. Frank: ¡Pórtate como un empleado útil, Igor!

Igor: Sí, pero… ¡el discípulo sigue el maestro!

Dr. Frank: ¡Igor!

Igor: Sí, Dr. Frank.

Dr. Frank: Hazme un favor… bebe alguna de esas sustancias y vuelve a ser como eras, ¿de acuerdo?

Igor: (Bebe algo de un frasco y vuelve a tener una voz arrastrada, “encorvándose”): ¡Sí, maestro!

Dr. Frank: Ahora dime ¿dónde está el material?

Igor: ¿Qué material, maestro…doctor?

Dr. Frank: El que estaba sobre mi escritorio, ¿lo has agarrado?

Igor: ¿Un sobre? ¿Lleno de dinero?

Dr. Frank: ¿Lo has mirado dentro?

Igor: ¡No, maestro! Digo… ¡Dr. Frank!

Dr. Frank: ¿Y cómo me explicas que sabías lo que había dentro?

Igor: Maestro… ¿cree usted en el sexto sentido?

Dr. Frank: ¡No! ¡Soy un hombre de la ciencia!

Igor: (susurra) ¡Vaya suerte!

Dr. Frank: ¿Igor, no te da miedo que contrate a otro ayudante?

Igor: ¡No, maestro! ¡Si hubiera otro no me haría falta trabajar tanto!

Dr. Frank: ¡Otro ayudante para sustituirte, anormal!

Igor: Maestro, ¿por qué habla con parábolas?

Dr. Frank: Aquí un empleado tiene una vida de ensueño para cualquier ayudante: casa, comida, un sueldo decente…

Igor: (Empieza a reírse, pero intenta disimularlo) ¡Sí, doctor!

Dr. Frank: ¡…y el honor de trabajar cerca de un gran hombre!

Igor: ¡Sí, doctor! (No consigue contenerse por mucho tiempo, se ríe cada vez más) ¡Dios! ¡Qué feliz soy! (Se ríe hasta tirarse al suelo)

Dr. Frank: ¡Imbécil!

Un ruido de explosión y un poco de humo saliendo de una grieta hacen que Igor se levante rápidamente.

Dr. Frank: ¡El generador!

Ambos salen. Voces fuera de la escena.

Dr. Frank: ¿Qué has hecho ahora, imbécil?

Igor: ¡Nada, maestro!

Dr. Frank: ¿Qué has usado en la refrigeración del generador?

Igor:¿Refrigerador?

Dr. Frank: ¿Le has puesto agua como te había ordenado?

Igor: ¡Mejor que eso, maestro! He usado los conocimientos de química que he aprendido de usted: para crear agua, le eché una mezcla de dos partes de hidrógeno y una parte de oxígeno… estaban en estado líquido, ¡para que quedara bien fresquito!

Ruidos de lucha. Dr. Frank vuelve a la escena.

Dr. Frank: (Sacudiendo la cabeza) ¡Él ha explotado mi generador! ¡Tengo que encontrar una manera de arreglarlo para el experimento de esta noche! (Toma una guía telefónica y busca un nombre; a continuación toma el teléfono) ¿Diga? ¿Es de la asistencia técnica Volts-Watts? Sí… ¿diga? ¿Ustedes reparan generadores? Sí… ¿el tipo? Bueno, modelo “Volts-Watts 7P”, bobina quemada. ¿Tres días? ¡Es mucho! ¿Cuánto? (Cuelga)

Igor vuelve caminando con la ayuda de dos muletas.

Igor: (Desafiador, pero habla en voz baja) ¡No me ha dolido!

Dr. Frank: ¿Tienes idea de cuánto va a costar la reparación, Igor?

Igor: No, maestro… ¡pero, si recibiera un aumento podría pagarlo en menos tiempo!

Dr. Frank toma una guía telefónica y busca un nombre, a continuación toma el teléfono.

Dr. Frank: ¿Diga? ¿Es de la morgue? ¿Está la Sra. Walker? ¿Diga? Es el Dr. Frank, ¿has conseguido un cuerpo como habíamos combinado? ¿Todavía no? ¡Maldita sea! ¿Para qué te estoy pagando entonces? ¿No hay ningún cuerpo disponible? ¡Sé que no es un servicio de entrega a domicilio! Si así fuera simplemente llamaría y me lo entregarían sin enredos. Acuérdate, Walker, ¡con tan sólo una llamada tu empleo deja de existir! (Cuelga)

Igor: Los empleados son todos incompetentes hoy en día, ¿verdad, doctor?

Dr. Frank: (Lo mira fijamente a Igor) Por culpa de ciertas personas, la ciencia retrocede en lugar de avanzar.

Igor: ¡No se culpe por sus fracasos, maestro! ¡Yo también tengo mis días malos de vez en cuando!

Dr. Frank: No vales la sal que comes, Igor.

Igor: ¡Gracias, maestro! (Intentando ser simpático) Pero si recibiera un aumento, maestro, ¡podría trabajar mejor todavía!

Dr. Frank: No te engañes, Igor. ¡De donde no hay, no se puede sacar!

Igor: “¡Más vale pájaro en mano que cien volando!”

Dr. Frank: ¿De qué estás hablando?

Igor: No lo sé, ¡usted lo ha empezado!

Dr. Frank: ¡Mi próximo experimento será reparar cerebros dañados!

Igor: (Parece mirar desde lejos la cabeza del Dr. Frank) ¡Pero usted no tiene nada de malo…! (Piensa un segundo) ¡…a pesar de la edad!

Dr. Frank: (Refunfuñando) Cállate, estúpido, déjame pensar.

Igor: (Hablando solo) ¡Estupendo! Hágalo mientras yo lo arreglo todo, ¡alguien aquí tiene que trabajar un poco! ¡Soy yo, al final, el que siempre lo hace todo!

Dr. Frank: (Masculla mientras aprieta algunos botones y hace experimentos) Electricidad…

Igor camina por el escenario con sus muletas, buscando algo. Después se detiene como si hubiera tenido una idea.

Igor: ¡Maestro! ¡Yo puedo solucionar el problema del generador!

Dr. Frank: ¿Entiendes de motores?

Igor: ¡Qué pregunta!

Dr. Frank: (Enfadado, habla consigo mismo) ¡No es posible que en el momento en el que casi todo debería estar listo para el experimento médico más grande de todos los tiempos, todo parece derrumbarse! ¿Qué otro obstáculo pondrá el universo en mi camino? ¿Por qué los dioses conspiran contra mí? ¿Se sentirán amenazados ante la grandeza de este momento para la humanidad?

El Dr. Frank sale.

Igor ve que está solo, tira las muletas y da unos pasos aunque tambaleando un poco.

Igor: (Mira hacia arriba y levanta los brazos) ¡Milagro! ¡Milagro!

Un relámpago seguido de un trueno finaliza la escena y todo queda a oscuras.

  Parte II – La Novia del Dr. Frank

Está relampagueando de manera esporádica. Igor enciende varias velas en candelabros. Hay poca iluminación. Igor se sienta delante del ordenador y teclea mientras dice en voz alta lo que está escribiendo.

Igor: Él me obliga a hacer las peores cosas… ¡Ayer dije que había bebido ácido y le dio igual! Le dije que me dolía tanto la cabeza porque había tomado ácido y me interrumpió y preguntó: (Imita al Dr. Frank) “¿Ácido? ¡¿Qué ácido?!” Contesté: “¡ácido acetilsalicílico, maestro!”  Y él me dio la espalda… ¡Lo que tengo que soportar! Él es sólo un ser incapaz y cruel, un miserable…

La puerta cruje y se abre, Igor se da cuenta y se asusta.

Igor: …y maravilloso y bondadoso ser humano, capaz de grandes logros científicos (la puerta se cierra e Igor sigue con las frases anteriores)…capaz de avergonzar incluso a mi madre. Y, bueno, para avergonzar a mi madre tiene que ser peor que… (piensa un poco) ¡…mi padre!

Igor deja de usar el ordenador y va hacia la puerta a ver si el Dr. Frank no lo está mirando. Desde entonces va usando un bastón para apoyarse. Abre la puerta rápidamente, creyendo sorprender al Dr. Frank.

Igor: ¡Ajá! (Ve que no hay nadie, espera un rato y dice, desdeñando sus sospechas) ¡Sabía que no había nadie ahí!

Igor cierra la puerta y, otra vez, intenta sorprender al Dr. Frank.

Igor: (Abre la puerta) ¡Ajá! (Ve que no hay nadie y cierra la puerta).

Igor hace lo mismo algunas veces más.

Dr. Frank entra por el otro lado del escenario y lo sorprende a él.

Dr. Frank: ¿Estás bien, Igor?

Igor: (Un poco aturdido, sin saber cómo el Dr. Frank apareció detrás de él; lo mira, analiza la puerta y vuelve a mirar al Dr. Frank) ¡Esta puerta tiene problemas, maestro!

Dr. Frank: (Mirando las velas) ¿Se ha cortado la luz?

Igor: (Examinado al Dr. Frank cuidadosamente) ¡Usted es tan inteligente, maestro!

Dr. Frank: Si se ha cortado la luz, ¿cómo es que el ordenador está encendido?

Igor: (Se concentra) Bueno…quizás… ¿internet?

Dr. Frank: No digas tonterías.

Igor: ¡Espere, maestro!

Dr. Frank: ¿Sí?

Igor: (Se concentra, levanta el brazo con el bastón y dice de forma solemne) ¡Fiat Lux!

Algunas luces se encienden.

Dr. Frank: Pero… ¿cómo?

Igor: (Se concentra nuevamente, levanta el otro brazo) ¡Mehr licht!

Otras luces se encienden.

Igor: Hay más cosas entre el cielo y la tierra de las que sospecha su filosofía.

Dr. Frank: ¿Shakespeare?

Igor: No, gracias.

Dr. Frank: ¿Cómo es que eres capaz de traer la luz y no puedes hacer tu trabajo de ayudante?

Igor: (Enseñando lo que tenía en el bolsillo) ¡Mando a distancia!

Dr. Frank: ¿Podremos proseguir con nuestros experimentos? ¿Tendremos el generador funcionando hoy?

Igor: (Cantando y bailando) ¡Energía! ¡Energía! ¡Energía!

Dr. Frank: ¿Estaremos listos hoy por la noche?

Igor: ¡Maestro! ¡Déjalo todo bajo mis cuidados!

Dr. Frank: (Sin hacer caso a lo que hace Igor) Igor, ¿has preparado mis fórmulas para hoy?

Igor: (Se detiene, asustado) ¿Fórmulas? ¿Qué formulas, maestro?

Dr. Frank: No me llames maestro, Igor.

Igor: Sí, “doctorcito”…

Dr. Frank: ¡¿Qué?!

Igor: Sí, Dr. Frank.

Dr. Frank: ¿Has preparado mis fórmulas?

Igor: ¿Qué fórmulas, doctor?

Dr. Frank: Seguro que lo sabes: ¡las fórmulas que te estoy pidiendo hace semanas, todos los días y cada veinte minutos!

Igor: (Intentando recordar) Ah, esas fórmulas…

Dr. Frank: ¿Las has preparado?

Igor: ¿La roja o la azul?

Dr. Frank: ¡Cualquiera de las dos! ¿Has preparado la azul?

Igor: ¿La azul? ¡No! ¡La azul no la he preparado, maestro!

Dr. Frank: (Enfadado) ¿Has preparado la otra fórmula?

Igor: ¿La roja o la azul, doctor?

Dr. Frank: (Perdiendo la paciencia) ¡La roja, por supuesto! ¿La has preparado o no?

Igor: La roja, “por supuesto” (destaca la palabra “por supuesto”) que no la he preparado…todavía… ¡doctor! Pero, falta poco.

Dr. Frank: ¿Falta poco? ¿Cómo falta poco? ¡Ayer me dijiste que faltaba poco!

Igor: Ayer faltaba poco, doctor.

Dr. Frank: ¿Y ahora, qué es lo que falta?

Igor: Falta poco…pero, ¡menos poco que el poco de ayer!

Dr. Frank: ¿Cuándo estará lista?

Igor: ¡Pronto! ¡Sea paciente! ¡Tenga fe!

Dr. Frank: ¡¿Qué?!

Igor: (Haciéndose el inocente) Disculpe, maestro… ¡me he entusiasmado!

Dr. Frank: ¡Me da igual, insolente! ¡Quiero las fórmulas listas, inmediatamente!

Igor: ¿Inmediatamente cuándo?

Dr. Frank: ¡Inmediatamente ahora!

Igor: ¡Ah! ¡Eso es lo que me imaginaba!

Dr. Frank: ¿Qué esperas?

Igor: (Gesticula) ¡Abracadabra!

Igor saca un paño que cubría varios frascos con líquidos coloridos.

Dr. Frank: ¡Igor! ¿Hace cuánto que las fórmulas están listas?

Igor: ¡Hace mucho, maestro!

Dr. Frank: ¿Ya estaban listas ayer?

Igor: ¡No, maestro! ¡Hace más tiempo!

Dr. Frank: ¿Dos días?

Igor: ¡Más tiempo!

Dr. Frank: ¿Tres días?

Igor: ¡Más tiempo!

Dr. Frank: ¿Una semana?

Igor: (Hace la voz de presentador de programa de televisión) ¡Muy bien, absolutamente correcto!

Dr. Frank: (Fingiendo no escuchar la provocación) ¿Por qué no me has dicho que podía empezar mi nuevo experimento?

Igor: ¿El nuevo experimento?

Suena el timbre.

Dr. Frank: ¡Date prisa! ¡Sube y abre la puerta!

Igor: ¡Tengo que vestirme, no puedo abrir la puerta así!

Dr. Frank: ¡Entonces vete, rápido!

Igor da un paso, se detiene, da otro paso y mira al Dr. Frank.

Igor: ¡Maestro!

Dr. Frank: (Impaciente) ¡¿Sí, Igor?!

Igor: ¿Debo decir que no estamos?

Dr. Frank: Sí, Igor.

Igor: ¿Los dos?

Dr. Frank: (Irónico) No, idiota, ¡di que sólo tú no estás!

Igor: Maestro… (Pensativo) ¿Cree que si digo que no estoy me van a creer?

Dr. Frank: (Nervioso) ¡Imbécil! ¡Vete ahora!

Igor da un paso, se detiene, da otro paso y mira al Dr. Frank.

Dr. Frank: ¡Vamos!

Igor: (Demuestra que está intentando oír) ¡El timbre ha dejado de sonar!

Dr. Frank: Estupendo, volvamos a los experimentos.

El timbre suena de nuevo, esta vez con insistencia. Igor se detiene, esperando la orden del Dr. Frank.

Dr. Frank: ¡Rápido! ¡¿Qué esperas?! ¡Sube y abre la puerta!

Igor: ¡Tengo que vestirme, no puedo abrir la puerta así!

Dr. Frank: (Mira hacia el público) Creo que esto ya lo he visto antes. (Vuelve a mirar a Igor)

¿No puedes ir más rápido?

Igor: ¡Sí, por supuesto!

El timbre suena e Igor se cae.

Igor: ¡Ay! (Habla como si le doliera algo) ¡Mi brazo!

Dr. Frank: (Corre para ayudarlo) ¿Te has hecho daño?

Igor: (Habla normalmente) No, ¿por qué?

Dr. Frank: (Levantando a Igor) ¡Imbécil, vete ahora! ¿Qué esperas?

Igor: Mi bastón, dónde… ¿dónde está mi bastón?

Dr. Frank: ¡En medio de tus piernas!

Igor mira maliciosamente al Dr. Frank.

Igor: (Mira el bastón y lo examina) Es verdad…

El timbre suena varias veces.

Dr. Frank: Igor…

Igor: ¿Sí?

Dr. Frank: No vas a abrir la puerta, ¿verdad?

Igor: Creo que no…pero, usted puede ir, si quiere.

El Dr. Frank sale irritado.

Igor: ¡Vaya, pero qué impaciente!

Igor prepara el laboratorio. Toma el bastón y lo une a un pedazo de escoba, barriendo un poco.

El Dr. Frank vuelve.

Dr. Frank: ¡Se me había olvidado el encargo!, ¡por fin!, ¡ahora mis experimentos tendrán éxito! Me han traído la sustancia que faltaba, la que compré en Internet, ¡por fin está aquí, en mis manos! ¡Esto merece una celebración! Igor, ¡champán!

Igor: ¿Champán, maestro? No puedo ir por champán, ¡no estoy debidamente vestido!

Dr. Frank: Igor, ¿no quieres beber champán conmigo?

Igor: Bueno, ¿es para nosotros dos? (Se da la vuelta, se quita la toga y por debajo lleva puesto un traje con corbata. Luego, retira el paño que cubre un cubo con hielo y una champán, además de dos copas, una para él y otra para el Dr. Frank) ¡Listo, Dr. Frank!

Dr. Frank: Igor, ¿estuviste vestido todo el tiempo?

Igor: ¡Salud!

Dr. Frank: ¡Ahora sólo necesito una cosa para finalizar el experimento que cambiará el curso de la historia! ¡El día en que la muerte ya no será la barrera que separa a las personas que se quieren!

Igor: ¡Salud!

Dr. Frank: Después de este experimento, Igor, ¡seremos las personas más importantes del mundo!

Igor: ¡Salud!

Dr. Frank: ¡Salud, Igor!

Igor: ¡Salud!

Dr. Frank: ¡Sólo necesito un cuerpo para probar que la muerte no tiene que existir!

Igor: (Se mira a sí mismo y se menea un poco) ¿un cuerpo como el mío, maestro?

Dr. Frank: No, Igor, ¡necesito un muerto fresco!

Igor: Bueno, todavía estoy vivo, ¡no sirvo!

Dr. Frank: ¡Por supuesto que no, idiota!, ¡pero esta noche iremos al cementerio!

Igor: Maestro…digo…Dr. Frank…

Dr. Frank: ¿Sí, Igor?

Igor: Usted ha estudiado tanto…

Dr. Frank: Sí, es verdad… ¡Han sido más de veinte años!

Igor: (Como si estuviera haciendo una pregunta muy inteligente) ¿Cómo es posible saber si un difunto es un muerto fresco?

Dr. Frank: (Piensa un poco) Hmmm…por la fecha de la tumba, por supuesto.

Igor: Pues, ¡vaya! ¿Y tuvo que estudiar veinte años para saberlo?

El Dr. Frank finge no oírlo y se aleja un poco.

Dr. Frank: Si bien creí que apenas contando con tu ayuda jamás podría terminar mis experimentos, estamos muy cerca y nada, nada me va a impedir lograrlo a partir de ahora, ¿me entiendes? (Mira de una manera amenazadora) ¡Aunque tenga que conseguir yo mismo un muerto fresco!

Igor: Sí, mi señor…

Dr. Frank: (Con orgullo) Nada más me molestará ahora…

Suena el timbre.

Dr. Frank: ¡Oh! ¿Qué más puede pasar? Igor, ¿estás vestido?

Igor: (Mira al Dr. Frank de una manera rara) Sí, mi maestro…

Dr. Frank: ¡Ve a ver quién es! En una noche oscura como ésta, ¿quién podrá ser?

Igor: Sí, maestro…

Igor sale, momentos de expectativa.

Dr. Frank: (Repitiendo algo que ya había dicho antes) ¡No es posible que en el momento en el que casi todo debería estar listo para el experimento médico más grande de todos los tiempos, todo parece derrumbarse! ¿Qué otro obstáculo pondrá el universo en mi camino? ¿Por qué los dioses conspiran contra mí? ¿Se sentirán amenazados ante la grandeza de este momento para la humanidad?

Igor tarda algún tiempo antes de volver.

Igor: ¡Su novia está aquí, maestro! (Abraza al Dr. Frank como quien saluda a un novio en el día de la boda).

Dr. Frank: (Alejándose de Igor) ¿Mi novia? ¿Qué novia?

Igor: Su novia…Marcelina Teresa… ¡Ha dicho que ha venido para darle una sorpresa!

Dr. Frank: (Desesperado) Marcelina, ¿aquí? ¿Y ahora? ¿Qué debo hacer?

Igor: Es su novia… ¡Invítela a entrar!

Dr. Frank: (Curioso) ¿Y cómo es ella?

Igor: ¿Cómo es ella?

Dr. Frank: Sí, ¿es guapa?

Igor: ¿Guapa?

Dr. Frank: ¿A quién se parece?

Igor: ¿No conoce a su propia novia?

Dr. Frank: Bueno…la conocí por Internet, ¡nunca la vi!

Igor: ¡No me diga!

Dr. Frank: Estuvimos de novios, nos prometimos y… nunca he pensado…Pero, ¿cómo es ella?

Igor: Bueno… ¡Debería haberle pedido la foto antes!

Dr. Frank: ¡Ay!

Igor: ¿No va a conocerla?

Dr. Frank: No puedo preocuparme por ella. ¡Tenemos cosas más importantes que hacer esta noche! ¡Dile que estoy enfermo, que fui a una vidente y que las cosas que me dijo me hicieron cambiar la mente!

Igor: Pero, maestro… (Pone el brazo alrededor de la cintura del Dr. Frank, intentando demostrar intimidad) ¿Y usted cree que se va a creer una tontería como ésa?

Dr. Frank: Me da igual, ¡vete y dile lo que sea!, ¡deshazte de ella!

Igor: ¿Deshacerme de ella? (Sonrisa maliciosa) ¡Sí, maestro!

Igor sale. Los relámpagos aumentan. El Dr. Frank está impaciente. Igor tarda bastante tiempo para volver.

Dr. Frank: ¡No es posible que en el momento en el que casi todo debería estar listo para el experimento médico más grande de todos los tiempos, todo parece derrumbarse! ¿Qué otro obstáculo pondrá el universo en mi camino? ¿Por qué los dioses conspiran contra mí? ¿Se sentirán amenazados ante la grandeza de este momento para la humanidad?

Igor: (entrando en el final de la frase) Maestro… ¿Doctor, no había dicho eso ya hoy?

Dr. Frank: ¿Has logrado deshacerte de ella?

Igor: Maestro… estoy muy confundido… ¿Enseñarle mi “frankenstein” resurgido de los muertos a la novia del jefe, no debería ser aterrorizante?

Dr. Frank: ¡No seas insolente! ¡Ni siquiera tú tendrías el valor de hacerlo delante de ella!

Igor: ¿Y si le dijera que no ha sido adelante, maestro? (Pone una sonrisa maliciosa).

Dr. Frank: ¡Te dije que te deshagas de ella, no que la aterrorices a la pobre! Debe de haber huido para llamar a la policía, ¡era una chica inocente!

Igor: Maestro… ¿Puedo hacerle una pregunta íntima?

Dr. Frank: ¿Pregunta íntima? ¿Qué pregunta íntima?

Igor: Maestro… ¿qué piensa usted del sexo en la primera cita?

Dr. Frank: No me hables de esas bestialidades o sobre tu conducta anormal. ¡Hay cosas tan terribles sobre las que no tenemos ni siquiera derecho de hablar!

Igor: ¿Y hacerlas, maestro? Yo nunca le había hecho el amor a una mujer.

Dr. Frank: ¡No quiero oírlo!

Igor: ¡No va a oír nada! ¡Ya hace algún tiempo que hemos parado!

Dr. Frank: ¡No quiero oírlo! ¡No hables nada más!

Igor: (Hablando hacia el público, romántico) Tuve que fingir que era el Dr. Frank, ella tampoco tenía su foto… ¡Ha sido estupendo! ¡Nunca había pensado que el amor fuera tan lindo! ¡Ha sido la primera vez que hice el amor con alguien que no aullaba ni cacareaba! (Se dirige al Dr. Frank) Maestro, ¿es normal tener sexo anal en la primera cita por Internet?

Dr. Frank: (Asqueándose) ¿Qué le has hecho a la chica, animal asqueroso?

Igor: ¿Qué le he hecho? ¡Mejor dicho qué me ha hecho la chica a mí!

Dr. Frank: ¡Cállate! ¡No quiero oírlo! ¡No me digas lo que le has hecho a ella!

Igor: ¿Ella? No sé si la podemos llamar…”ella”.

Dr. Frank: ¿Por qué? No me diga que…ella… ¿ella no era una mujer?

Igor: (De manera solemne) No se puede decir lo que le hice a ella y lo que me hizo a mí, ¡es lo que un hombre y una mujer suelen hacer!

Dr. Frank: (Furioso) ¿Cómo te has atrevido a hacerle todas esas anormalidades? ¿No te has preocupado por lo que ella iba a pensar?

Igor: (Intentando tranquilizarlo al Dr. Frank) No se preocupe, maestro…cuando le hice eso, ¡ya estaba muerta!

Dr. Frank: (Desesperado) ¡¿Muerta?! ¡¿La has matado?!

Igor: Pero… ¡ha sido usted quien me ha mandado a deshacerme de ella!

Dr. Frank: (Muy desesperado) ¡¡¡La has matado!!! ¡¿Y ahora?!

Igor: ¡Oiga, maestro! ¡Quién va a una cita a través de Internet espera que esas cosas pasen! Comprometerse con un desconocido, ir por él en un sitio lejano… ¡Ella lo debía de estar esperando!

Dr. Frank: ¡Silencio! ¿Qué hacemos ahora? ¡Todo está perdido, bestia!

Igor: Pero, en realidad, ¿cuál es el problema, maestro? ¿Usted no puede traerla a la vida?

Dr. Frank: ¡Silencio! ¡Tengo que pensar en cómo salir de esta pesadilla!

Igor: ¡Ya lo he preparado todo, maestro! ¡No se preocupe! ¡Podrá traerla a la vida otra vez y así no tendremos que ir al cementerio por un cuerpo fresco! ¡Tenemos uno muy fresco aquí mismo! Está todo listo, ¡mire!

(Igor corre hacia una de las entradas y trae al centro del escenario una silla con el monstruo, tapado con una sábana. Conecta diversos cables a la silla).

Dr. Frank: Pero, ¿cómo podremos traerla a la vida si el generador de mega voltaje ha sido destruido?

Igor: ¡Le he dicho que lo arreglaría, maestro!

Dr. Frank: ¿Y qué podrías hacer, además de estorbarme aún más, monstruo repugnante?

Igor: Es sencillo, maestro… La meteorología ha previsto tormentas eléctricas para esta noche, dentro de algunas horas tendremos mucha electricidad, ¡por eso, he enchufado la salida del mega generador al pararrayos!

Dr. Frank: ¡Sí! ¡Es una buena idea! ¡Puede que resulte! ¡Será nuestra única oportunidad! Si funciona, ¡el mundo conocerá hoy una nueva era! ¡La creación de la vida a partir de restos mortales!

Igor: ¡La novia del Dr. Frank!

Varios relámpagos seguidos de truenos interrumpen la escena, mientras que el Dr. Frank e Igor los observan. Otros relámpagos y truenos finalizan la escena, dejándolo todo a oscuras.

    Parte III – El Monstruo del Dr. Frank.

Relámpagos y truenos todo el tiempo. El Dr. Frank levanta la sábana sin destapar totalmente el cadáver, examinado cada parte. Al examinar las partes íntimas del cuerpo, (el “monstruo”) se da cuenta de que falta algo.

Dr. Frank: (Bruscamente) ¡Igor! ¡Ven aquí!

Igor entra cabizbajo y despacio.

Dr. Frank: ¡Igor! ¡Has violado a mi cuerpo!

Igor: ¡Ojalá pudiera hacerlo, maestro!

Dr. Frank: Igor, ¡has tocado mi monstruo!

Igor: ¡No, maestro! ¡No he tocado su “frankenstein”!

Dr. Frank: ¡Idiota pervertido! ¿Dónde está? (Levanta la sábana  y señala, en el cuerpo del monstruo la parte que falta).

Igor: ¡No lo he tomado! ¡A pesar de mi cara!

Dr. Frank: ¡Sí, que lo has tomado! ¡Devuélvemelo ahora mismo, depravado! Ya te lo he dicho mil veces desde que conseguiste el cuerpo, ¡no debes tocar el bastón del monstruo!

Igor: ¡No he sido yo, maestro! ¡Se lo juro! (Piensa un rato) ¡Debe de haber sido el gato!

Dr. Frank: ¡Nunca hemos tenido ningún gato por aquí!

Igor: Bueno… (habla para sí mismo) Entonces, ¿qué es lo que hemos cenado todos esos meses?

Dr. Frank: ¡No me mientas! ¡Dime, vamos! ¿Dónde lo has metido?

Igor: ¡No lo he metido, maestro! ¡Se lo juro que no!

Dr. Frank: ¡Está bien, sólo devuélvemelo! (Intenta agarrar algo en el bolsillo de Igor) ¿Qué hay en tu bolsillo?

Igor: (Da un brinco, intentando deshacerse del Dr. Frank y corriendo hacia el otro lado del cuerpo) ¡No es nada! ¡No se lo doy! ¡Es mío!

Dr. Frank: ¡Dámelo ya, réptil sucio! (Intenta correr detrás de Igor, pero no lo alcanza y desiste). ¡Está bien! (Sarcástico) ¡Quédatelo! Los científicos de todo el mundo van a tener que contentarse con el más grande descubrimiento de todos los tiempos, pero sin una parte. ¡Un muerto volverá a la vida y no tendrá nada con que divertirse porque le has robado su “monstruito”! Serás el culpable, ¡se van a reír de ti!

Igor: (Sin hacerle caso al Dr. Frank, balancea la cabeza de un lado a otro como si escuchara música) ¡Igor tiene dos! ¡Igor tiene dos! (Hace gestos obscenos como si se estuviera masturbando con las dos manos).

Dr. Frank: Si supiera que iba a ser así, habría encontrado una forma de conseguir un cuerpo de mujer. La próxima vez será el cuerpo de una mujer.

Igor: (Tira de la manga del delantal del Dr. Frank) ¡Dos!

Dr. Frank: ¿Dos mujeres? ¿Para qué dos mujeres, descerebrado?

Igor: (Apoya la cabeza en el hombro del Dr. Frank) Igor tiene dos…

Dr. Frank: (Empuja a Igor lejos de él con uno de sus brazos) ¡Basta! ¡Ve a prepararme el baño!

Igor: ¡Qué bien! ¡Estupendo! ¡Igor le va a preparar el baño al maestro!

Dr. Frank: ¡Silencio, imbécil! ¡Ve a prepararlo! ¡Y ni se te ocurra mirarme!

Igor: (Decepcionado) Oh, maestro…

Dr. Frank: (Amenaza con pegarle a Igor) ¡Vete ya!

El timbre suena. Los dos se detienen.

Igor: ¡El timbre!

Dr. Frank: Igor, ¡hay alguien arriba, otra vez!

Igor: Pero, ¿cuántas novias tiene usted?

Dr. Frank: No digas tonterías, ve y deshazte…digo…ve y diles que se vayan, ¡sea quién sea!

Igor: ¡Sí, maestro!

Igor sale.

Dr. Frank: ¡No es posible que en el momento en el que casi todo debería estar listo para el experimento médico más grande de todos los tiempos, todo parece derrumbarse! ¿Qué otro obstáculo pondrá el universo en mi camino? ¿Por qué los dioses conspiran contra mí? ¿Se sentirán amenazados ante la grandeza de este momento para la humanidad?

Igor: (Vuelve e intenta decir algo) Eso no lo había…

Dr. Frank: No hace falta que me digas nada sobre la originalidad de mis palabras. ¿Quién era?

Igor: Nada importante…la policía vino por una chica desaparecida, pero les dije que usted no tenía nada que ver con ella, que nunca la había visto, ¡aunque fuera su novio! ¡Lo están esperando, maestro!

Dr. Frank: ¡Idiota! ¿Cómo has podido decirles eso? Quédate aquí y no hagas nada. ¡No toques el monstruo!

Igor: ¡Igor tiene dos!

El Dr. Frank sale.

Igor: ¡Igor tiene dos! ¡Igor tiene dos!

El Dr. Frank vuelve.

Dr. Frank: Voy a tener que ir a la comisaría, por lo que veo nuestro “monstruo” le ha avisado a un amigo que vendría aquí, quizá me arresten. Igor, presta atención, ahora dependo de ti: haz que el experimento resulte. Si ella, o él, vuelve a la vida, no podré ser condenado por asesinato, ni tú tampoco, ¿me entiendes? Si les digo que has sido tú, mi laboratorio podría ser destruido, así que voy a esperar un poco antes de contar la verdad. ¡Haz lo que tiene que ser hecho!

Igor: ¡Sí, maestro! ¡Puede confiar en mí!

El Dr. Frank sale.

Igor espera un poco, luego enciende unos aparatos y se sienta al lado del “monstruo”. Después de algunos efectos y alguna expectativa, Igor saca la sábana que cubre el monstruo y revela su rostro. El monstruo vuelve a la vida, moviéndose mecánicamente. El monstruo mira hacia abajo y acaricia sus partes íntimas. Mira a Igor sin comprender. Intenta hablar pero apenas emite ruidos incomprensibles.

Igor: (Explicando) ¡Igor tiene dos! (Ensancha la cintura de los pantalones mirando hacia dentro).

El monstruo sigue mirando a Igor sin comprenderlo.

Igor: (Encoge los hombros, da unas palmaditas en el hombro del monstruo, complaciente; luego mira al público y sonríe) ¡Así es la vida!


©Victor M. Sant’Anna 2002

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